domingo, 24 de marzo de 2013

Ansia por crecer

Hola de nuevo!!



Cuando sabemos que nos hemos quedado embarazadas, nuestra mayor preocupación es que el embarazo marche bien, el pequeño vaya creciendo y, por supuesto, que nazca sano. Una vez damos a luz, durante los primeros meses lógicamente tratamos de aprender cuales son los cuidados habituales y cómo debemos alimentarlos. En este punto, deberíamos disfrutar de la criatura y de cómo cambia, aprende, descubre, etc. Las preocupaciones? Pues las habituales: fiebre, tos, no come suficiente, vomita, no duerme lo que debería, etc, etc. Vamos, lo normal que le puede ocurrir a cualquier bebé. Pero a veces no sabemos disfrutar del trayecto, de esa etapa tan adorable del bebé, porque esperamos ansiosas lo que ha de venir.

Seguro que, si no lo habéis sentido vosotras, queridas lectoras, lo habréis escuchado seguro de alguna amiga o conocida. Me refiero a que algunas mamis viven/vivimos, pendientes del calendario: a los seis meses le debería estar saliendo algún diente, a los 10 meses debería comenzar a gatear, a los 13 a dar los primeros pasitos, a los 16 toca comenzar a hablar, a los 24 debería dejar de hacerse pipí encima y así una larga lista de aprendizajes que, por alguna razón, están sujetos a una edad concreta (en la teoría). Y si llegados a estos meses nuestro pequeñ@ no lo hace? Pues nos obsesionamos y si alguna mami nos comenta la precozidad de su retoño, pues nos obsesionamos y nos preocupamos el doble. Me comentaba mi suegra, a la que saludo desde aquí, que a su hijo (el padre de mi bichito) le tardaron bastante en salir sus primeros dientes y decidió pedir consulta al pediatra por este motivo. El médico, que debía estar acostumbrado a estas dudas de primerizas, le contestó: "Señora, ¿ha visto usted por ahí a algún niño sin dientes?" Con esto lo único que le quería decir es que ya llegará y que dejemos a la naturaleza y al cuerpo que se desarrolle a su ritmo.

El caso es que regresamos a lo que os comentaba posts atrás: la eteeeerna comparación. Y olvidamos que nuestro hijo es único, como el de nuestra amiga, vecina o compañera de trabajo. Por qué queremos correr? Queremos que el nuestro sea el primero del grupo en corretear o decir "mamá"? Sinceramente, yo a veces paralizaría el tiempo. Me encantaría que mi pequeño se quedará siempre así, siendo un inocente y adorable bebé. Si, entiendo que cada etapa tiene su encanto y seguro que las disfrutaré como todas al 100%. Lo que quiero decir precisamente es que no hay que tener ansia porque los pequeños crezcan porque este momento ya no regresará. Tienen toda la vida para ser adultos. Esa boquita de "yayo" sin un diente no volverá (o quién sabe si cuando sea un abuelete!) No gateará nunca más. Lo de mojar la cama seguro que no hace tanta gracia pero creo que todo forma parte de ese encanto del bebé. A una amiga casi se le saltaron las lágrimas cuando dio la última toma de pecho a su segunda hija pensando que nunca más lo volvería a hacer porque ya no van a tener más niñ@s. Otras mamis quizás tienen prisa por dejar el pecho. Esto ya no volverá, chicas.

Crecer no es una carrera, es un proceso natural. Y no es apasionante no saber cuando va a soltar su primer "mamá" o cuando se pondrá de pie? Mi peque comenzó a babear muchísimo a los 4 meses y ya anunciábamos que estaba a punto de ver la luz su primer diente y encima de arriba. Si, también yo caí en esa absurda satisfacción de pensar que tenía algo así como un bebé precoz. Pues a punto de cumplir 8 meses todavía no hay ni rastro de diente, ni arriba ni abajo. No estamos preocupados ni frustrados, simplemente, ya saldrán! Como le dijeron a mi suegra, eso es algo que tarde o temprano ocurrirá, no?? ;-)  Por supuesto, otra cosa son los reflejos básicos que controlan los pediatras como seguir con la mirada objetos o juguetes, que aprenda a coger las cosas con las dos manos, a girarse en la cama por si mismo, a sentarse, cogerse los pies, etc Todo lo demás llegará, seguro.

A pesar de todo, sé que es inevitable decir aquello de: "Y el tuyo cuando...?" Pero insisto en que es mejor no comparar porque no hay primeros ni tardones. Hay niñ@s que crecen y aprenden y cada uno vive su etapa. Ya habrá tiempo para aplicarse en el colegio, no creéis?? Antes de acabar, quería explicaros como nos esforzamos mi marido y yo en que nuestro hijo aprendiera a darse la vuelta solo en la cama. Lo comenzamos a poner a dormir boca abajo y queríamos que aprendiera a girarse para estar más tranquilos. Tanto que lo deseábamos y ahora que se gira como quiere, se han acabado las siestas (las hizo de hasta 3 horas durante exactamente diez días). Ahora se da la vuelta, se distrae y no hay manera de dormir ni una hora después de comer!

Con todo esto, no quiero decir que no comprenda ni comparta la ilusión porque nuestros peques crezcan. Sólo que no tengamos tanta prisa. Carpe Diem!!



No hay comentarios:

Publicar un comentario