domingo, 2 de octubre de 2016

El absurdo debate de la lactancia




Estamos acabando 2016,vivimos en pleno siglo XXI, y seguimos celebrando la semana de la lactancia materna, seguimos haciendo tetadas populares y tantas y tantas otras reivindicaciones para defender la importancia de lo más natural que existe. En este post no voy a defender una cosa para criticar otra, lo que voy a apoyar es el sentido común y la libertad que nos hemos ganado las mujeres para hacer lo que nos de la gana.

Antes de continuar, es justo que os explique cual fue mi elección. Opté por dar una oportunidad a la lactancia materna, por comprobar que era capaz, que mi hijo se adaptaba, se alimentaba bien y ambos disfrutábamos de esos momentos de conexión. Pues bien, pese a ser cesárea, tuve subida de leche, produje buena cantidad, mi hijo se cogió y fue ganando peso. Se cumplió todo menos lo de disfrutar del momento. Expliqué hace unos años que los primeros meses de LM fueron muy duros. Tuve mucho dolor y cada toma se convertía en una pequeña tortura. Pero fui perseverante y con el tiempo el dolor desapareció. A los siete meses vi a mi hijo menos dependiente, decidí retirar el pecho y no notó absolutamente nada. Con el segundo fue todo bastante similar aunque, a sus diez meses, tiene una dependencia total del pecho y ahí andamos todavía dado que dispongo de mucho tiempo para dedicarle.

Una vez resumida mi experiencia, mi reflexión es que si hubiera tirado la toalla por los dolores y heridas en esos primeros meses, nadie me hubiera criticado por ello. Incluso si dejara ahora las tomas de madrugada después de 10 meses sin un descanso reparador, nadie podría echarme nada en cara tampoco. Y digo yo, ¿por qué tengo que pensar en lo que otros dirán? La verdad es que no lo pienso, ha sido una reflexión intencionada para plasmar aquí que todo el mundo se cree con derecho a opinar, que todas sienten que han de defenderse por no dar el pecho o han de justificar que han sufrido lo suficiente antes de dejarlo. En definitiva, parece que las madres estemos bajo un juicio constante por parte del resto de madres.

Puedes no dar el pecho porque no te quieres sentir atada, porque has de retomar el trabajo demasiado pronto, porque quieres compartir la lactancia con el padre, o porque das mucha importancia a tu aspecto y no quieres destrozar tus pechos. Entonces aparece la gran palabra EGOÍSMO. Una palabra muy peligrosa porque detrás de cada mujer que no da el pecho hay una historia y a lo mejor es una historia llena de sacrificios. ¿Qué sabremos el resto para juzgarla y llamarla egoísta?

De este tema se han escrito miles de artículos y no quiero acabar repitiendo todos los puntos de vista que nos sabemos de memoria. A dónde voy es a que me alucina que todavía hoy tenga que leer como madres se insultan en Facebook comentando un artículo que describe las bondades de la leche materna. Es algo que no acepta discusión alguna, la naturaleza humana siempre irá por delante de cualquier producto artificial. Entonces, si eso lo sabemos todos, ¿por qué esas peleas? Volvemos a lo de antes, por inseguridades, frustraciones y la necesidad de justificarnos o defender que somos tan buenas madres como las otras porque nuestros hijos crecen igual de bien con el biberón. Chicas, no hace falta. Siéntete bien dando la teta y sacándola en una cafetería, es lo más natural del mundo!! Siéntete bien y no te defiendas si sales del hospital con un biberón en la mano, vas a criar a tu hijo con el mismo amor y cuidado que cualquier otra madre! Apoyémonos, ayudémonos y normalicemos la lactancia, sea cual sea, de una vez por todas. Si lo más importante son nuestros pequeños y ellos no nos juzgan, ¿por qué tenemos que hacerlo entre nosotras?

No sé cuando llegará este idealizado momento, supongo que cuando mueran los movimientos reivindicativos y dejemos de ser tan críticos. Porque, no os parece  irónico y absurdo que se critique a la que no da el pecho, a la que lo da poco tiempo y a la que lo prolonga demasiado (¿y quién marca cuando es demasiado?). Lo dicho, que mañana comience la semana europea de la lactancia materna no sé si es bueno o malo...

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